La sala de Sandiusterri se llenó de gente gracias al interés que despertó la mesa redonda sobre el decrecimiento y el consumo energético. El responsable del sector de la energía de Debagoiena 2030, Aritz Ameztegi, y el profesor de la UPV y miembro de Jauzi Ekosoziala, Jokin Bergara, intentaron dar una panorámica de la crisis ecosocial y energética que vivimos. En el debate dinamizado por Amagoia Mujika Telleria, periodista de GARA, cuestionaron el modelo que nos ha traído a esta situación y desgranaron las soluciones que se pueden tomar ante ello y las posibilidades que existen. Se acercaron 80 personas a la cita.
Bergara habló en términos más teóricos, mientras que Ameztegi trató de explicar el camino práctico que se está llevando a cabo en Debagoiena. Insistieron en la necesidad de que la sociedad intente reducir al máximo el impacto de la crisis climática, al considerar que cada décima de grado que no sube la temperatura global del planeta es de gran importancia.
Ameztegi explicó las características del proyecto Debagoiena 2030 y los objetivos que persiguen, esto es que la economía de la comarca se convierta en carbono neutral en las próximas décadas. En este proyecto se unen varios ayuntamientos, cooperativas y asociaciones de la comarca con el objetivo de realizar conjuntamente la transición energética.
Para que el consumo actual sea libre de carbono, Ameztegi habló de las instalaciones renovables que necesitaría la comarca: 45 cascadas como la de Oñati, 9 parques eólicos como el de Elgea o 544 instalaciones fotovoltaicas como el de Ekiola en Arrasate (1,2 megavatios y una hectárea de extensión).
Se pusieron en marcha en 2019 y el primer trabajo fue aclarar cuál es la realidad del consumo energético de la comarca. Ahí vieron cuáles son los sectores que tienen un mayor consumo: transporte e industria. En todos los casos, la mayor parte del consumo procede de combustibles fósiles que generan el cambio climático.
En las próximas décadas han visto la necesidad de reducir estos consumos y también transformar lo consumido de los combustible fósiles en energía eléctrica, y están estudiando cómo hacerlo. No obstante, y pese a reducir el consumo actual en torno al 40%, indicó que habrá una necesidad de energía a satisfacer, y para decidir cómo cubrirla, apuntó varias opciones: importar energía del exterior, hacer pequeñas centrales nucleares o hacer instalaciones renovables, entre otras.
Dar una alternativa desde el movimiento ecológista
Jokin Bergara destacó la necesidad del decrecimiento y describió la crisis ecosocial como uno de los principales retos de Euskal Herria como pueblo. También hizo hincapié en la responsabilidad del ecologismo, ya que hasta ahora su tarea ha sido principalmente el dar la negativa a proyectos concretos y eso le ha dotado de una fuerte identidad. En esta ocasión, sin embargo, añadió, tienen la necesidad de dar alguna alternativa, porque no basta con decir ‘no’ a lo que hay. Y por supuesto, esta última función es más difícil que una simple negativa.
Además, se refirió a la necesidad de cambiar algunos hábitos socialmente establecidos y, en muchas ocasiones, en este sistema neoliberal e individualista, la ciudadanía no se siente demasiado bien al limitarle ciertas actividades: la velocidad de los coches, el número de vuelos… También citó ejemplos como el debate social que hubo en Gipuzkoa en torno a la recogida de residuos.
Añadió también los obstáculos adicionales que tiene Euskal Herria para hacer la transición: la falta de Estado, por ejemplo, provoca una gran dificultad para planificar los procesos. También, que el sector energético este totalmente fuera del ámbito público lo ve como un claro obstáculo. No obstante, subrayó la importancia de intentarlo.